Éste es el pabellón de mujeres del hospital rural de Mtengo Wantenga, uno de los proyectos que visitamos. Es lo más digno, con diferencia, que hay en la zona.
Uno de los pequeñines del pabellón de desnutridos.
Horas de pie, esperando, para poder ser atendidas en un hospital en el que no hay recursos para tender a todos. Horas andando para llegar hasta Mtengo Wantenga. Pero, ¡ojo! Sonríen. Y nosotros nos acordamos de la familia del conductor del bus porque se va justo cuando llegas a la puerta y nos tiramos dos horas maldiciendo.
Angelines con las mamás y con Iria, una médico voluntaria del hospital de Kapiri.
Con Bea, la responsable de proyectos de África Austral de Manos Unidas.
Así todo el día, troncos para arriba, troncos para abajo. ¡Si es que son las jefas de Malawi!
Con la buena de Cloti. Qué gran mujer! No os imagináis como es: todo el día, desde que sale el sol hasta que se pone, se enfunda su bata de trabajo y va, corriendo de un lado a otro, del dispensario a la ambulancia, sin desfallecer. Siempre está sonriendo. Es una grande.
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